Un pastel nupcial de varios pisos y colores no puede faltar en la boda, pero eso sí, debe ser tan elegante como el vestido de la novia.
El pastel nupcial o torta de boda, como se le conoce, constituye un delicioso plato hecho con harina de trigo, ingrediente que en la época medieval (hace más de 880 años), era considerado un símbolo de prosperidad y fertilidad.
La destreza del pastelero cuenta mucho en la elaboración del pastel nupcial. Armar y decorar varios pisos de pastel con un glaseado abundante requiere de técnica y constituye un arte a la hora de combinar los sabores. Aquí debe considerarse que muchos prefieren sabores a frutas o achocolatados.
Un pastel nupcial solo para la foto
Antes las tortas se hacían de masa propiamente desde la cima hasta la base. Actualmente se está estilando hacer solo comestible la punta del pastel, es decir, el primer piso, mientras las otras capas las elaboran de anime o cartón y las decoran como si fuese real.
Esto tiene que ver con el ahorro de ingredientes y con la prevención de no perder el pastel, ya que existen variados platos en la fiesta.
El mordisco
La guinda del pastel no puede faltar. La dulce parejita debe lucir alegre y llamativa en la cima. Ah, y el primer trozo del pastel nupcial debe ser cortado por el novio y la novia con un mismo cuchillo. Serán ellos los primeros en darle un mordisco a esa fantasía deliciosa, ya que simboliza el comienzo de una nueva vida familiar.