Para la mayoría de los creyentes, esto puede representar una crisis a la hora del matrimonio, pero no debe de ser así.
DEL MISMO REINO, PERO DISTINTAS ACERAS.
En cuanto a uniones en matrimonio se refiere, las religiones son la parte quizás más importante, ya que es la manera en como la pareja entrega su relación a manos de Dios. Pero muchas veces, los novios no comparten la misma ideología religiosa, y es ahí cuando pueden comenzar ciertos problemas.
Lo primero que deben de hacer es hablar bien y aclarar cuáles son sus principios cristianos, o cómo quieren que sea su unión. Un ejemplo es, si uno de los dos es católico, la iglesia otorga un documento (dispensa) donde se dice que esa persona no es católica pero sí profesa la fe en Dios, lo cual permite que ambos se casen por las leyes del catolicismo.
Lo segundo es el respeto, en todas las situaciones, ya que si tu pareja no profesa la misma religión que tú; debes de respetar sus opiniones, y acompañarla en sus deseos.
No todos creemos en lo mismo, y muchas veces en la variedad está el sabor.